miércoles, 23 de noviembre de 2016

2.3.8 Repercusión del CO2 en el Medio Ambiente


El dióxido de carbono es esencial para la supervivencia de plantas y animales. No obstante, demasiada cantidad puede provocar el fin de la vida en la Tierra. No solo las plantas y animales necesitan ingerir dióxido de carbono, pero también dependen de él para mantener el calor, ya que es un componente esencial en la atmósfera terrestre.

El cambio climático es la mayor amenaza ambiental del siglo XXI, con consecuencias económicas, sociales y ambientales de gran magnitud. Todos sin excepción; los ciudadanos, las empresas, las economías y la naturaleza en todo el mundo están siendo afectadas.

El problema del cambio climático es que en el último siglo el ritmo de estas variaciones se ha acelerado mucho, y la tendencia es que esta aceleración va a ser exponencial si no se toman medidas que lo controlen. 


El ritmo desbocado de esta modificación climática tendrá como consecuencia grandes alteraciones físicas, como la elevación del nivel del mar, enormes deterioros ambientales y serias amenazas para la humanidad, así como extensión de enfermedades, daños por acontecimientos climáticos violentos, pérdida de cosechas, disminución de los recursos hídricos, entre otros problemas.





¿Qué consecuencias tiene que aumenten las concentraciones de dióxido de carbono (CO2) en la atmósfera?

La temperatura media de la superficie terrestre se ha incrementado a lo largo del siglo XX en 0,6 ºC. En el siglo XXI se prevé que la temperatura global se incremente entre 1 y 5ºC.
En el Siglo XXI el nivel del mar subirá entre 9 y 88 cm, dependiendo de los escenarios de emisiones considerados.
Incremento de fenómenos de erosión y salinización en áreas costeras.
Aumento y propagación de enfermedades infecciosas.
Desplazamiento de las especies hacia altitudes o latitudes mas frías, buscando los climas a los que están habituados. Aquellas especies que no sean capaces de adaptarse ni desplazarse se extinguirán.
Aumento en frecuencia e intensidad de los fenómenos meteorológicos extremos.

Fuentes

Los combustibles fósiles como carbón, plantas de energía de gas, petróleo, vehículos y grandes industrias constituyen la mayor fuente de dióxido de carbono. La producción se origina de diversos elementos como hierro, acero, cemento, gas natural, combustión de residuos sólidos, cal, amoníaco, caliza, campo de cultivo, carbonato de sodio anhídrico, aluminio, petroquímicos, titanio y ácido fosfórico. El dióxido de carbono constituye el 85 por ciento de todas las emisiones y es producido cuando se utiliza el gas natural, petróleo y carbón. Las grandes áreas en donde estos combustibles son utilizados incluyen la producción de electricidad, el transporte, la industria y los edificios comerciales y residenciales.


Referencias Consultadas:








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